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Educación Sexual para niños y niñas de 11 a 14 años

Tu cuerpo está cambiando, y este proceso rápido y radical puede desorientarte: es como ver una película en la que eres el protagonista, pero no logras reconocerte en esta persona nueva, y, sobre todo, no puedes comprender ni prever cómo terminará todo o cuánto durará.

Estabas acostumbrado a tu imagen de "antes" y quizas ahora te guste menos: a lo mejor te fastidia el acné, o no estás satisfecho con tu estatura. Quizás te parezca que los senos se están volviendo demasiado voluminosos, o que la voz, al cambiar de timbre, tenga un tono más desagradable.

También te puede producir ansiedad o preocupación enfrentarte a tus amigos y amigas; puede que algunos ya tengan baraba y tú no, algunas tengan senos desarrollados y tú estes plana como una niña o quizas tus caderas delgadas contrastan con otras más redonditas, de alguna de tus compañeras.

Con la pubertad, puede crearse un conflicto entre tus emociones y tu transformación física, entre las ganas de hacerte mayor y el deseo de permanecer en la infancia: por ello es importante intentar poner un poco de orden en esta confusión. El primer paso es ser consciente de que el desarrollo puberal no se da en todos a la misma edad ni del mismo modo, sino que tiene sus tiempos y sus formas, a menudo distintas, de un individuo a otro.

La pubertad es un período complejo durante el cual el cuerpo, y especialmente los aparatos sexuales, se modifican; pero este crecimiento fisiológico también comporta notables transformaciones interiores: cambian nuestras emociones, nuestro modo de estar con los amigos, de vivir las relaciones dentro y fuera de la familia, y, sobre todo con el otro sexo.